En castellano, fotos abajo:
Hemos vuelto de nuestro pequeño viaje a Suiza. Me fui con Gadea y Eyquem el 5 de Agosto. Noe vino tres días más tarde. Gadea había pasado las tres semanas anteriores enferma: primero, una engina con estreptococos (veremos luego que quizá no) después una neumonía. Eyquem había empezado a toser dos días antes de partir de viaje y le subió la fiebre a 40 el mismo día del viaje. Sin embargo los niños estuvieron muy tranquilos mientras esperábamos el avión. Una buena dosis de ibuprofeno permitió a Eyquem estar en forma (aparentemente) a la hora de embarcar, y despegamos. Durante la cena, les puse una película, como prometido mucho tiempo atrás (La dama y el vagabundo). Eyquem, que no había comido nada en todo el día, comió dos tercios de los macarrones con tomate con su pan, mi pan y el pastelito. Gadea comió muy bien tambien. Cuando por fin terminó la película ya se había pasado la hora de ir a dormir. Los niños cayeron como troncos, terminé mi libro (el redentor de Jo Nesbo) y yo también me puse a dormir. Todo parecía ir bien. Oí vagamente el anuncio de que había turbulencias. Y entonces me desperté, el avión que temblaba todavía, y Eyquem que había vomitado toda la cena. Rápidamente limpié todo lo posible con el lado limpio de la manta (recordé que un camarero de un restaurante tres estrellas me había dicho que cuando algo así sucede en el restaurante lo cubren rápidamente de muchas capas de mantel para evitar que el odor se propague). Una vez que la luz indicadora del cinturón de seguridad se apagó pedí servilletas de papel y bolsas de plástico y limpié a Eyquem, el asiento y todo. Eyquem durmió el resto del trayecto (o casi) tapado con una manta limpia. No hubo más incidentes, aparte del olor por razones evidentes, durante el trayecto en tren desde el aeropuerto de Ginebra a Losana. Los niños abrieron bien los ojos al ver el lago a pesar que no hacía bueno. Un corto trayecto en taxi hasta la casa de Mamita y Papito, donde las primas Tess y Clea esperaban con Mamita, y Eyquem y yo pudimos por fin darnos una ducha. Después de la comida, todos los niños se fueron a dormir la siesta, pero Eyquem se despertó con pesadillas y fiebre alta. Nos fuimos por eso al hospital de la infancia. Ahí, tuvimos nuestra primera ocasión de comparar el sistema de salud quebequés y el suizo. Por supuesto, sin ser suizos, y sin tener tarjeta de salud europea, tuvimos que pagar una fianza de 500 francos (aunque la vez que tuvimos que hacer un chequeo sin tener cobertura del Québec tuvimos que pagar los costes de todas maneras al final de la consulta, aunque no fue de urgencia). Estuvimos esperando 1 hora y cuarto en la sala de espera y 10 minutos en la sala de consulta. El pediatra vino a hacernos unas preguntas, examinó a Eyquem (garganta, orejas, pulmones, etc). Veredicto: anginas. La cuestión, estreptococo o no estreptococo? Pues bueno, tomaron dos muestras, una para el test estándar y la otra para un test rápido. 10 minutos más tarde ya sabíamos que era una angina viral y no bacteriana. Así que nada de antibióticos. Pasamos 20 minutos con el pediatra. Todas nuestras expediciones en el Québec por culpa de dolores de garganto nos llevaron de 3 a 4 horas de espera para ver a un generalista unos minutos y sin test de estreptococo. Después de la visita, con una prescripción en mano, nos fuimos a buscar una farmacia, algo que no debería ser muy difícil en Suiza, dado que las farmacias a Suiza son lo mismo que los Starbucks a las ciudades americanas, pero sin éxito. Las madrinas vinieron a buscarnos y de camino a Pully nos llevaron a la farmacia 24 horas de la estación de trenes. (Nota: desde entonces hemos ido a la nueva clínica de nuestra médica de familia, y allí también hacen el doble test).
Viaje en Suiza, dia 0 y 1
Waiting to check-in
Dinner time in the plane
In Geneva airport train station
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